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MUSIC
3000
- Desarrollador: Jester Interactive
Género: Editor musical
Plataforma: Playstation 2
Me
permiten algo de autobombo? Gracias.
Mi
interés en Music 3000 no estaba motivado por la mera
curiosidad. Era básico para asegurar la continuidad de un
proyecto musical que lleva casi tres años dando tumbos: Focomelos.
Chili Temple y un servidor creamos un dúo de tecnopop necio
basado en el reciclaje de la obra ajena, la negación de cualquier
conocimiento musical como base para componer y el uso de un programa
de Playstation que a muchos nos pareció revolucionario: el
Music 2000 para Playstation.
El Music
2000 era (es: Los Focomelos lo seguimos utilizando) un programa
extremadamente sencillo: una biblioteca de sonidos clasificados
por géneros y por la naturaleza sonora del loop que
se podían copiar y pegar en una retícula para componer
canciones. Muy sencillo: en cuestión de minutos se puede
componer algo medio decente con Music 2000, ya que los sonidos
están preparados para que todos encajen en canciones más
o menos cacofónicas, pero siempre de una cadencia rítmica
más que aceptable. El atractivo de Music 2000 no estaba
en la composición en sí de las canciones, sino en
la comunicación intuitiva que se establecía entre
programa y usuario, que llegaba a comprender las estructuras del
pop y el tecno de una forma completamente heterodoxa. Conozco a
una persona, sin la más repajolera idea de solfeo, a quien
se le derrumbaron los mitos -sobre todo los del tecno, los primeros
que caen tras usar el programa de forma continuada- cuando compuso
una canción y sus correspondientes quince remezclas en poco
más de una hora.
Para quienes
preferimos el pop más o menos electrónico al chundachunda
pastillista, Music 2000 tiene ciertos límites, y el
principal es su sometimiento más o menos consentido a las
reglas de la cultura de baile. Los loops utilizables tienen
un límite, y por eso Music 3000 era todo una esperanza
para quienes dejamos escapar el MTV Music Generator (primera
secuela para PS2, hoy descatalogadísima e inencontrable,
del Music 2000). En teoría, Music 3000 iba
a ofrecer mejores sonidos, más opciones y sobre todo, más
cantidad de melodías, loops, estilos y efectos.
¿Lo
tiene? Bueno, sí y no.
Veamos. Music
3000 tiene mayor cantidad de riffs y estilos, que ahora
se transforman en indie (que parece folk), garage
(o pachún pachún pseudointeligente), trance
(o bakalao fino), metal (la gran innovación del programa),
pop (a lo Oreja de VanGogh) y hip hop (aunque no he conseguido componer
ninguna base sobre la que rapear con cierta comodidad). Es decir,
en eso cumple. El problema es que, con la vista bien clavada en
programas similares para PC, como el DeeJay, los chicos de
Jester han intentado dar un aspecto más complejo a un programa
original que no lo necesitaba. Es decir, la gracia del Music
2000 es que en todo momento estaba claro que se trataba de un
juego con el que se podían componer canciones resultonas,
pegadizas y estúpidas, mientras que Music 3000 se
pierde en enrevesados loops y opciones que nollevan a ninguna
parte. Hubiera cambiado sin ningún problema los tan publicitados
y es-pan-to-sos vídeos por más estilos sonoros aparte
del tecno redundante y pseudoapocalíptico que impregna casi
todos los loops.
Donde francamente
mejora el Music 3000 es en lo obvio y esperable: las opciones
que convierten al programa en un pseudosecuenciador, es decir, las
que permiten modificar los riffs hechos o crear unos nuevos partiendo
de cero son mucho más manejables que las de su predecesor
para PlayStation, y con tiempo y paciencia se pueden crear sonidos
francamente interesantes (de raigambre ruidista sobre todo). Para
quien tenga genuínas inquietudes musicales, Music 3000
puede ser una excelente introducción al rimbombante y
artificioso mundo de la modernez tenno. Pero para los que
no las tenemos
Para los que
no las tenemos, y además creemos que hay cosas para las que
una videoconsola no ha nacido, la estética pseudo-PC y, sobre
todo, el demencial sistema de control resulta sumamente irritante.
Convertir el pad en un ratón y el sencillo e intuitivo sistema
de menús del Music 2000 en un maremagnum de opciones
ilógicas y movimientos compulsivos con los champiñones
(ambos) del DualShock no ha sido una gran idea, posiblemente porque
en Jester no creían que era suficiente con mejorar la biblioteca
de sonidos, y decidieron trastear en el sistema de composición.
Pero el auténtico
drama, el problemón al que se enfrenta el fan del Music
2000 es que aquel aprovechaba las limitaciones técnicas
de la PlayStation, y ofrecía un buen número de sonidos
low-fi: el rollo electroclash, sucio, reminiscente de unos ochenta
en el que el tecno aún no era glamour de portada de suplemento
de tendencias para retrasados mentales era más cuestión
de no poder que de no querer, pero funcionaba. El Music 2000
es perfecto para componer tecno punk chicle de usar y tirar,
y el Music 3000 se las da de listo y de sofisticado. La diferencia
entre Music 2000 y Music 3000 es la que hay entre
el efervescente descaro de la Peaches endemoniada y calentorra y
el pesado de Moby y su conciencia ecológica de tres al cuarto.
En ese sentido, Pocket Music, la miniaturización de
Music 2000 para Game Boy Advance era mucho más satisfactoria.
O sea, ¿que
mayormente, va a ser que no?. Pues tampoco, oigan. Para cualquier
persona carente de los conceptos mínimos de ritmo y compás,
Music 3000 puede ser una bendición. Sigue teniendo
esa magia indescriptible que hace que sea imposible volver a tomarse
en serio a cualquier artista del synthetizer mix, sigue proporcionando
al recién llegado la posibilidad de crear en cuestión
de minutos (crear partiendo de la mismísima nada, amigos)
, y sobre todo, sigue inyectando a golpe de bombo esa idea de puritito
punk reciclado que es "si ese gilipollas se ha hecho millonario
componiendo cosas peores que lo que yo he hecho en diez minutos
¿qué ocurrirá si compongo durante una hora?".
Y eso es un valor impagable en estos tiempos que corren.
¿Inferior
al Music 2000? Claramente. ¿Imprescindible, en cualquier
caso? Desde luego.
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